sábado, 28 de octubre de 2017

La mesa de la Palabra: Rostro



Rostro

Uno de los hilos de oro que recorren toda la historia humana lo identificamos como el mantenido empeño de buscar el rostro de Dios; sobrados ejemplos de este empuje los encontramos en los salmos que nos hablan con elocuencia del brillo especial de nuestro rostro cuando Dios nos mira y nos salva; esta luz la advertimos también en toda la experiencia espiritual de las comunidades creyentes de todas las religiones. Y no faltan autores que indican que el rostro humano es el espejo de la imagen de Dios, pues con esa primera intención fuimos creados.

Estamos en la generación del facebook, en la que nuestros rostros cambian a merced de la demanda de los demás porque no se siente cómoda en los límites de una identidad supuesta o esperada por los demás. Cambiamos de perfil y de imagen con frecuencia, como si nos aburriera nuestra externa identidad. No en balde el selfie es uno de los iconos propios de estos tiempos, pues nos permite mostrarnos al gusto variable de cada instante, con la compañía y el escenario que gustemos.

La fe en Jesús de Nazaret y en su evangelio, no obstante, nos indica  que, en todo tiempo, incluso ahora por descontado, somos y seremos más incluso de lo que imaginamos, trascendemos nuestra propia imagen querida o impuesta, porque el amor incondicional de un Dios que siempre ejerce de Padre bueno con todos sus hijos nos habilita para vivir y ser como tales; pues ver su rostro es caer en la cuenta de que nos alumbra la mejor luz, superior a cualquier imagen de facebook. Desde el evangelio, compartido en la comunidad de hermanos, nos hacemos el selfie de hermanos, buscadores del rostro de Dios, nuestra insuperable imagen.



Fr. Jesús Duque OP. 


martes, 24 de octubre de 2017

Primera sesión del Taller de Oración de los Martes, en Scala Coeli.





Con el “Credo del Hombre Nuevo” de Pedro Casaldáliga, hemos dado inicio un año más, un curso más, a nuestro Taller de Oración, el Taller de los Martes, en Santo Domingo de Scala Coeli.


Este es el segundo año con Fr. Jesús Duque, O.P. En esta primera sesión nos hemos encontrado compañeros de Taller con bastantes años de asistencia, junto con nuevas incorporaciones, que nos suponen un aire y afán nuevo en este encuentro de los martes en Scala Coeli, para escuchar, escucharnos, dialogar, dialogarnos y tener un “ratito” con el Señor.


A pesar de que siempre se ha tratado de un taller de oración, ningún año ha sido igual; y, quizás, mejor así, porque ello nos está abriendo a nuevos conocimientos, a nuevas formas de sentir y actuar, a orar en la diversidad de modos y maneras. 


Y este año el tema va a ser “Dios …”. Sí, vamos a ver, oir, dialogar, sentir a Dios como un padre/madre bueno, que perdona siempre, que busca a los perdidos y a los pecadores, que es sencillo y humilde, que, incluso, le interesa que vivamos bien, que sufre con sus hijos sufrientes, que es comunicación y trino, y que nos hace criaturas nuevas. ¡¡¡Qué maravilla de Dios!!!


En esta primera sesión, Fr. Jesús nos ha hablado de la fe y de que Dios es bueno, infinitamente bueno, más cercano, más amigo, más alegre y más grande de lo que nos podemos imaginar. Es todo corazón. Un Dios que, aunque digan que es omnipotente y todopoderoso, quizás no sea así, porque Dios “no lo puede todo”. Dios no puede rechazarnos, no puede odiarnos, no puede buscar nuestro mal, no puede destruirnos; en definitiva, no puede ir en contra de sus propias leyes, porque Dios, que es bueno, puede lo que puede el amor, sólo puede y quiere hacernos el bien.


Tras un diálogo entre los asistentes abierto, intenso, interesante y clarificador, hemos quedado con nosotros mismos, cada uno a su manera, para dialogar personal e interiormente en silencio, con la sola presencia del Señor junto a cada uno.


Y, finalmente, ya en la Capilla, hemos dado gracias y rezado por aquello y por aquellos que cada uno mejor ha considerado, finalizando todos juntos con la oración de “Dios entre nosotros”:


Te creíamos tan lejos, tan en las nubes,
que no nos hacemos a la idea de que seas un Dios entre nosotros.


Te creíamos distante, intocable, escondido,
perdido en ese rincón último
donde están los que no quieren saber nada
con los hombres pecadores.


Pero Tú has bajado, Tú has entrado en el mundo,
no sólo para visitarnos, sino para ser de los nuestros,
compartiendo todo con nosotros,
menos nuestra condición de pecadores.


Ahora ya se te puede encontrar por nuestros caminos,
entre nuestros semejantes.
 
Ahora ya late tu corazón, donde está el corazón del hombre,
nuestro propio corazón.


Dios con nosotros, enséñanos a reconocerte
en todo el bien que se hace,
en todos los llantos que suenan,
en todos los ojos que buscan la paz,
en nuestra comunidad que, una vez más, 
se ha querido reunir en tu nombre.


Dios con nosotros, Dios cercano,
condúcenos a la verdadera libertad,  la verdadera caridad 
que sólo nace de la Verdad, de tu Verdad, 
al amor que se entrega sin esperar, como el tuyo que nos sostiene y anima.





                                                Antonio-Jesús Rodríguez Hernández

sábado, 21 de octubre de 2017

La mesa de la Palabra: De compasión




De compasión

Celebramos el merecido reconocimiento que ha vivido estos días la británica Karen Amstrong, también llamada la biógrafa de Dios, al serle concedido el premio Princesa de Asturias 2017 de Ciencias Sociales. Es una de las expertas en temática religiosa más apreciadas en la comunidad estudiosa mundial por su constante indagación en las creencias religiosas y por buscar siempre en ellas, sobre todo en las religiones monoteístas, los engarces que facilitan no solo la búsqueda de sentido del hombre de hoy, sino también toda la potencialidad que en aras de la convivencia conllevan.

A la hora de glosar la concesión de tal premio, el rey Felipe VI resumió, en atinadas palabras,  la mejor razón que lo justifica: Karen Amstrong ha indagado en el no siempre tranquilo mar de las religiones con la lupa de la misericordia y compasión, y tal experiencia de cercanía humana es la que la hace reclamar su necesario servicio en el momento presente. Ha sabido, dijo el rey, precisar el sentido y la definición de la palabra compasión. Transformar la compasión en una fuerza clara, luminosa y dinámica es para ella una necesidad urgente. Solo así podremos trascender el egoísmo y utilizar todo nuestro potencial como seres inteligentes y espirituales. Ojalá todas las religiones sepamos, desde la respectiva espiritualidad, ser espacio de compasión veraz para sentir y caminar con el otro, con el igual.

Palabras del monarca español oportunas y necesarias, aunque solo sea para que las religiones se olviden de generar y alimentar conflictos, y se dediquen a su labor más específica que no es otra que facilitar una vida compartida con sentido  y esperanza.


Fr. Jesús Duque OP.