viernes, 21 de abril de 2017

La mesa de la Palabra: Reclamo de la Pascua



Reclamo de la Pascua

La liturgia de este tiempo nos ofrece sobrados ejemplos de excelencia teológica y creyente que apuntan a la centralidad del acontecimiento pascual. Y no es para menos. Celebrar y compartir la fe en Jesucristo el Señor que vive entre nosotros es un regalo que todo el buscador de Dios agradece.

A lo largo de la cincuentena pascual la comunidad tiene ocasión de bendecir al Dios de la vida y de evocar los mejores momentos de una historia de esperanza que, en debilidad, siempre se escribió con la fuerza del que vence nuestra muerte. Por eso, me permito reclamar la Pascua por sí misma, sin motivos añadidos,  como vida y celebración suficientemente hermosa y fecunda como para que sea distraída con otros argumentos. Cierto es que nuestra herencia cultural nos empuja a que todo se desarrolle en la Cuaresma y termine, o parezca terminar, en la Vigilia Pascual o en el día que hizo el Señor, el domingo por excelencia. Pero habrá que recuperar todos los domingos de Pascua, sin adjetivos, sin celebraciones añadidas, por bien que suenen motivos de misericordia y de buen pastoreo para adjetivar algunos días del Señor.

Es la Pascua, como se nos comunicaba en el pregón inicial de este tiempo: El Señor ha resucitado y nadie nos arrebatará esta dicha a los que necesitamos su luz, a los que en Él soñamos vida; a los que ponemos en el Nazareno todas las ilusiones vivas que dan vida a nuestra muerte y calor a la sonrisa… porque nuestro Cristo vive y es nuestra Pascua Florida.


                                                                                                                       Fr. Jesús Duque OP.