jueves, 7 de abril de 2016

Jueves de la Segunda Semana


"... El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo, no verá la vida...."



La fe es un don que viene de arriba, no es el resultado de unas investigaciones puramente racionales o científicas, aunque estas no estorban a la fe, sino que pueden servir de óptima preparación negativa. Pero en definitiva, la fe recae sobre un espíritu abierto a la sorpresa de lo sobrenatural imprevisible.

Por encima de las prohibiciones humans está la obediencia a Dios, cuyo mandato se concreta en la predicación de la resurrección de Jesús.

Certificar esta verdad es poseer ya la vida eterna, presente y oculta bajo los signos eucarísticos. 





La fe es como maestro y ayo que nos enseña la manera de vivir. La fe es una candela resplandeciente que alumbra nuestros entendimientos y nos da conocimiento de la verdad.

La fe es médico que nos enseña las medicinas con que habemos de curar las dolencias de nuestras almas.

La fe es nuestro legislador que nos da leyes de bien vivir y la que instituye nuestra vida con mandamentos saludables.

(Fray Luis de Granada)