martes, 14 de febrero de 2012

Un hospicio en la ciudad

Fray Álvaro y sus compañeros suben y bajan, predican en Córdoba y en los alrededores, y muchas veces se les echa encima la noche, la tempestad, el frío... Fray Álvaro, que no ha querido fundar un eremitorio ni una isla inhumana, se percata pronto de que necesita en Córdoba un hospicio. Allí podrán descansar él y sus frailes. Y si el tiempo no permite subir a Scala Coeli, pernoctar. También lo comprenden los cordobeses, que han visto a aquel puñado de austeros religiosos subir y bajar de la Sierra, a agua y sol, en invierno y en verano, camino del convento o camino del ministerio.

Las autoridades de Córdoba, en efecto, deciden donar a fr. Álvaro un solar para que construya una hospedería junto a los muros de la población. El acto de entrega se celebró el 1 de abril de 1427. Actúan por parte de la ciudad, Gonzalo Fernández; en nombre de fr. Álvaro, fr. Juan de Valenzuela; y para dar fe y testimonio, dos notarios públicos, Diego de Alfón y Alfón González. La ceremonia fue solemne, según el protocolo medieval. Se reunieron todos en el terreno, junto al monasterio de la Merced:


Y luego el dicho Gonzalo Fernández dijo que el Concejo de esta ciudad había donado y hecho donación al honrado y sabio varón fr. Álvaro, maestro en santa teología, de un solar para que haga una casa en que more el dicho fray Álvaro y quien él quisiere, que tiene por linderos la huerta del monasterio de la Merced y el ejido de esta ciudad.
Y en nombre de la ciudad Gonzalo Fernández de Córdoba tomó por la mano al dicho fr. Juan y lo metió dentro de dicho solar y anduvo por él en la linde en señal de posesión. Los notarios levantaron acta y dieron testimonio para guardar y conservar el derecho del dicho fr. Álvaro.

Edificados los vecinos de Córdoba con la forma de vida de nuestro santo y sus compañeros, y considerando el cabildo la mucha incomodidad que padecían por no tener cerca de la ciudad casa de hospicio propia, en la cual descansasen y se recogiesen cuando el rigor de los temporales de invierno les estorbase la subida cómoda al convento de Scala Coeli, determinó -como príncipe piadoso y pacífico- darle al bienaventurado san Álvaro cerca de la ciudad un solar en que labrase un hospicio para sí y para sus compañeros, del cual se tomó la posesión año de 1427, por abril, aun no cuatro años cumplidos después de la fundación del convento.

3 comentarios:

  1. Una curiosidad: ¿dónde estaría situado hoy este hospicio o a qué edificio actual correspondería?
    ¡Ah!, y muchas gracias por estos documentos tan interesantes sobre la historia de los dominicos en ntra.ciudad

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  2. No sabemos la localización exacta de aquel primer hospicio, el texto indica que estaba a la espalda del Convento de la Merced, en lo que eran las afueras de la ciudad. Siempre hemos oído decir que en tiempos del P. Posadas ese hospicio estaba en la Puerta del Rincón, en lo que hasta hace unos años eran los cines de Isabel la Católica. Un saludo.

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  3. El Hospital del Padre Posadas en Paseos por Córdoba (Ramírez de Arellano, año 1873)
    "El otro edificio a que nos referimos es el que aún se ve con la puerta de la iglesia junto a la del Rincón, y otra pequeña casi al entrar en el callejón del Adarve. Fue un hospital que a principios del siglo XV fundó la actual cofradía del Santísimo en Santa Marina, acogiendo en aquel lugar a algunos enfermos y a los cofrades que no contaban con medios para curarse en sus casas.
    En 1580, careciendo los frailes de Scala Coeli de una hospedería en Córdoba, y no queriendo recibir ese favor de los de San Pablo, se fijaron en este hospital de San Bartolomé e hicieron un contrato por el que tenían derecho a hospedarse, en cambio de ciertas obligaciones que se le impusieron.
    Cuando la exclaustración, la Hacienda recogió el edificio como propiedad de aquel convento, pero reclamado por la cofradía se mandó entregar a la junta de Beneficencia, y la Diputación Provincial propuso y obtuvo una real orden, fecha 21 de enero de 1840, disponiendo la venta y que su producto sirviese de base para la dotación de un banco de empeños y caja de ahorros en esta capital, útil idea que no se realizó, siguiendo aquel local arrendado y su renta incorporada al hospital provincial de Crónicos. En virtud de la ley de desamortización de 1855 se vendió, comprándolo el señor Marqués de Guadalcazar, quien en un principio se dijo lo iba a incorporar a sus casas, variando el callejón del Adarve. Lo tienen destinado a atarazana de los efectos para sus obras.
    http://cordobapedia.wikanda.es/wiki/Beato_Francisco_de_Posadas

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