viernes, 29 de julio de 2011

María en el verano

María, Señora y Madre.
Queremos mirar el verano contigo.
El cuerpo al sol y el descanso reconfortante.
Los conflictos que no se toman vacaciones
y el gozo de los amigos y amigas.
El paisaje que embellece
y la fiesta en cada pueblo.
Dios, siempre, belleza inagotable.
Mirarlo todo con tus ojos,
para convertir todo
en transparencias de tu corazón
habitado por la gracia.

viernes, 22 de julio de 2011

El encanto de lo cotidiano

Cada amanecer nos pone delante dos caminos: el del desánimo ante las dificultades y trabajos que tenemos que afrontar o el de la confianza en Jesús, el Señor de la Vida, el Amigo verdadero.

Cada amanecer nos invita a decidir cómo queremos vivir el día: con una actitud positiva mirando, escuchando, alabando, agradeciendo todo DON de Dios, o por el contrario, dejamos que en nuestra conciencia se despierte el recuerdo de los problemas, las dificultades, los conflictos sin resolver.

Al despertarnos el Espíritu de Vida y de Verdad, viene en nuestra ayuda de nuestra fragilidad y nos recuerda que nuestra vida está en las Manos del Padre.

viernes, 15 de julio de 2011

Bienaventurados en verano

Dichosos los que saben mirar,
porque descubrirán un mundo nuevo.

Dichosos los que saben escuchar,
porque oirán las voces de los sin voz.

Dichosos los de corazón solidario,
porque están haciendo un mundo más humano.

Dichosos los que aman con gratuidad,
porque en su corazón brilla la sonrisa del Abba.

Dichosos los que confían en Jesús
porque harán felices a los que les rodean.

Dichosos los que siembran buenas noticias,
porque están alentando la esperanza.

Dichosos los que llevan el gozo y la paz,
porque están anunciando el Reino de Dios.


jueves, 14 de julio de 2011

¿Convivir con el mal? (17 de julio)

Entre las preguntas “vitales” que el ser humano de todos los tiempos se hace está la del origen del mal: ¿Hasta dónde puede llegar la maldad de algunos? ¿Por qué no progresamos para eliminarlo? ¿Dónde está su origen? ¿Por qué todos estamos tocados por él? La filosofía, la psicología, la sociología o la religión intentan dar respuestas a lo que no la tiene. En este sentido nos hablan las lecturas de este domingo. El mal, el poder, el daño producido por otros, el hecho de quitar la dignidad siguen dejándonos sin respuesta aún en nuestros días.

El mal tiene su origen  en “la oscuridad de la noche”, en alguien misterioso (sin nombre ni rostro, anónimo) que lo siembra. Y crece bajo la apariencia de bien, confundiéndose con él. Germina siempre en el campo bueno. Cualquiera puede haberlo sembrado, quizás nosotros mismos. Porque el mal forma parte de nuestra fragilidad, de nuestra humanidad. Por más justicia o venganza que inventemos será difícil arrancarlo de esta tierra. Crece profundo, y sus pequeñas raíces también se hunden en nuestra vida.

No se trata de ver cómo quitar el mal, pues parece imposible. Se trata de saber convivir con él. De reconocernos infinitamente cómplices de él. Pero sobre todo hermanos, “solidarios”, con quienes lo practican. La medicina de Dios es la misericordia, la compasión, el perdón. El mal no es frenado por la venganza, ni el hombre es más humano por practicarla. El bien llega por el perdón. La reconciliación humaniza, sana, redime, repara. Que esta pedagogía de Dios empape nuestra vida y nuestras relaciones y se extienda por la sociedad en la que vivimos. Entonces el mundo será más humano y más justo.
Domingo XVI Tiempo Ordinario (A)
Sabiduría 12, 13.16-19
Salmo 85
Romanos 8, 26-27
Mateo 13, 24-43
Homilía de dominicos.org
Reflexión de J.A. Pagola



sábado, 9 de julio de 2011

El poder de la oración

Me llegó un correo electrónico invitándome a rezar por la paz, haciéndolo todos los días a la misma hora durante un minuto. Parece que durante la Segunda Guerra un consejero de Churchill hizo la misma invitación a los ingleses y pararon los bombardeos. Parece tan sencillo y cuesta tan poco dedicar un minuto por día a dicha convocatoria que creo que vale la pena intentarlo.

Pero, más allá de si creemos o no en los efectos milagrosos de la oración, me doy cuenta de que rezar es peligroso. Esto lo aprendí hace años, en la película “Tierra de Sombras” que relata la vida de C. S. Lewis. En un diálogo que éste mantiene con su obispo sobre si estaba rezando o no después de la muerte de su esposa, Lewis responde: “no puedo evitar rezar, pero la oración no cambia a Dios, me cambia a mí”.

He meditado sobre esta frase muchas veces, dándome cuenta que cualquier oración tiene un enorme poder transformador. Por eso no dudo en el poder de la oración, sino dónde se ejerce dicho poder. Dejando de lado el tema de la energía, que me resulta nuevo y del cuál prácticamente no sé nada, diría que disponernos a orar es disponernos a ser transformados. Por eso considero que es muy peligroso.

En el caso concreto de la invitación a orar por la paz, el poder de la oración sobre mí sería el de hacerme consciente de todas mis acciones contrarias a la paz. Pero no a la paz como algo abstracto, sino a lo concreto de las pequeñas cosas cotidianas. Al estado de mi corazón con respecto al mandamiento de amar a los enemigos, aunque también debería mirarme con respecto a los amigos que muchas veces son las víctimas de mi corazón no pacificado. Arrancar de mi vida todas las cizañas que me impiden reconocer a Jesús en el otro, sobre todo en el diferente es el desafío de orar por la paz. Y cuando oramos por los más necesitados, por los hambrientos, por los excluidos estamos orando para ser capaces de acciones concretas que ayuden a personas concretas a salir de su pobreza o exclusión.

viernes, 8 de julio de 2011

Descansar en verano

ABRETE al Espíritu que susurra y despierta el Amor, que no tiene vacaciones, y siempre está activo, volcándose gratuitamente en aquello que de verdad uno ama: los amigos, la familia, uno mismo, la creación y, sobre todos, Dios-Padre.

ESCUCHA con los “oídos del corazón” a toda persona que se acerque a tuvida.

REGALA algo nuevo, algo que brote en tu interior, dejando salir la vida, que el Espíritu va engendrando y que bulle por surgir.

LLENA el tiempo de gestos gratuitos que hacen más humana la existencia: la paz, la alegría, la entrega, la libertad, la creatividad, la esperanza.

CONVIERTE cada momento del tiempo cronológico, que se escapa vacío y fugaz, en un tiempo de calidad nueva, en un tiempo para amar, para entregar vida, para “mirar” la creación dejándote sorprender por los detalles más pequeños.

DESCANSA el corazón, las energías de la vida, en Jesús. “Venid a Mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os daré descanso” (Mateo 11,28). “Sólo en Dios descansa mi alma” (Salmo 61,2). “Quien a Dios tiene, nada le falta. Sólo Dios basta” (Teresa de Jesús).

jueves, 7 de julio de 2011

Haciéndonos (10 de julio)

Seguimos en  los comienzos de este tiempo de descanso veraniego. Como los campos terminan de recoger sus cosechas, así nosotros examinamos lo vivido en el curso que ha acabado.  ¡Cuánta vida extendida a lo largo de estos nueve meses! ¡Cuántas experiencias, cuántos nombres, cuánta vida a borbotones brotando sin parar de nuestro adentro!

Tal vez no reparamos demasiado. ¡Estamos vivos! Por encima de la terrible crisis, los problemas cotidianos o nuestra pobreza original. Estamos vivos, y por tanto, siempre creciendo, siempre haciéndonos… Quizás sea ese el mensaje de las lecturas de este domingo. No se trata de examinar detenidamente qué clase de tierra somos –o hemos sido según etapas y circunstancias- o cuál es la sequía y el agua que nos llena.

La tierra de Israel, como la nuestra, como la vida de cada uno, tiene un dinamismo que le supera. La tierra sigue sus ciclos, a veces misteriosos. Se supera a cada momento, completa lo que le es propio. La lluvia, el agua regalada del cielo, está a su servicio. ¡Todo está pendiente de la tierra y de su fecundidad! Lo mismo que el sembrador judío sale, cual cómplice del misterio y colaborador suyo, a hacer lo que debe: echar semillas sin importar a dónde. Su deber es aportar lo que tiene para el desarrollo del mundo. La creación, dice Pablo, avanza, no está concluida. ¡Está a punto de germinar algo mejor y siempre más grande!

Estamos vivos, que no es poco. Por más cansados físicamente que nos veamos, o débiles interiormente que nos sintamos. Hemos sido tomados por el Dios de la Vida y formamos parte de su misterio, que se llama Reino, vida abundante y plena para todos. Sólo se nos pide dejarnos hacer, cumplir lo que nos toca, no poner frenos a todo lo que se despierta en nuestro adentro...
Domingo XV Tiempo Ordinario (A)
Isaías 55, 10-11
Salmo 64
Romanos 8, 18-23
Mateo 13, 1-23

martes, 5 de julio de 2011

Rosario I



En estos días del mes de julio pondremos en el blog algunos vídeos sobre la oración del Rosario, tan genuinamente dominicana. Aunque no sea el mes de mayo siempre es buen momento -además de ser este un tiempo especial de descanso- para mirar a la Madre de Jesús y compartir con Ella la vida de su Hijo.

lunes, 4 de julio de 2011

Cuando llegue al umbral de tu puerta...


Cuando llegue al umbral de tu puerta, Señor....
me mirarás a los ojos.
Y yo estaré ante ti con mis manos vacías
y mi corazón lleno de nombres;
con mis pies desnudos,
cargados de mil caminos recorridos.
Así te hablaré
del camino de mis sueños cumplidos
y de aquellos que quedaron sin cumplir;
de mis esperanzas e ilusiones.

viernes, 1 de julio de 2011

¿Dónde está el corazón de Jesús?

La fiesta del Corazón de Jesús tiene sus admiradores y sus detractores. Sospecho que unos y otros tienen una idea parecida de lo que es el Corazón de Jesús, que se refleja en estampas y expresiones piadosas de dudoso gusto. Esa idea bastante infantil a unos les produce rechazo y a otros atracción. Pero quizás habría otros modos de presentar y de actualizar esta devoción. El Vaticano II afirma que Jesús “amó con corazón de hombre”. Por eso todo lo verdaderamente humano encontraba eco en su corazón.

Desde la real humanidad del corazón de Jesús (y también de su inteligencia y de su voluntad: “pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre”, sigue diciendo el Vaticano II) se comprende mejor su solidaridad con todos los seres humanos, con sus sufrimientos, sus gozos y sus esperanzas. Más aún, sólo contemplando la humanidad de Jesús se descubre el misterio que en ella se refleja. Desgraciadamente, a veces parece que algunos “no saben qué hacer” con esa humanidad y pasan por encima de ella para ir a una divinidad hecha a la medida de sus sentimientos o de sus intereses.

Mi único refugio

Corazón Sagrado de Jesús:
corro y vengo a Ti
porque Tú eres
mi único refugio,
mi única y segura esperanza.

Tú eres el remedio de todas mis enfermedades,
el alivio de todos mis dolores,
la reparación de mis faltas,
el que completa todas mis carencias,
la certeza de todas mis dudas,
la fuente infalible e inagotable
de luz, fuerza, constancia y bendición.

Estoy segura que Tú no te cansarás de mí
y no dejarás de amarme, ayudarme y protegerme,
porque me amas con un amor infinito.

Ten piedad de mi, Señor,
según tu gran misericordia
y haz de mi, en mi y por mi
todo lo que tú quieras,
pues me abandono a Ti
con plena y total confianza
de que Tú no me dejarás jamás.

Así sea.

Santa Magdalena Sofía Barat