jueves, 30 de junio de 2011

Oración de fin de curso


Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad,

tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.
Al terminar este curso quiero darte gracias por todo aquello que recibí de ti.
Gracias por la vida y el amor, por la familia y los compañeros,
por la alegría y el dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.
Te ofrezco cuanto hice en este curso, el trabajo que pude realizar
y las personas que pasaron por mis manos y lo que en ellas pude construir.
Te presento a quienes a lo largo de estos meses amé,
las amistades nuevas y los antiguos amores,
los más cercanos a mí y los que estén más lejos,
los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar,
con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.

Pero también, Señor, hoy quiero pedirte perdón:
perdón por el tiempo perdido, por la palabra inútil y el amor desperdiciado.
Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho,
y perdón por vivir sin entusiasmo…
Por todos mis olvidos, mi silencio ante la injusticia, nuevamente te pido perdón.

El valor de lo sencillo (3 de julio)

Muchos de quienes se acercan a esta ventana han terminado el curso o están a punto de hacerlo. O al menos van a trabajar un poco menos en estas fechas. Toca mirar atrás, a lo que hemos hecho. A los errores cometidos, por supuesto. Pero también a lo que hemos creado en este tiempo. En producción, sí. Pero también en relaciones y experiencias, en valores, en sentimientos… Como gente sencilla que ha hecho lo que tenía que hacer, recogemos humildemente el fruto de nuestro esfuerzo, multiplicado por la ayuda de Dios y por la bondad de nuestros hermanos.

Humilde y sencillo. Así es el Mesías que anunciaba el profeta de la primera lectura. Quien busca a Dios en lo extraordinario y grandioso, quien espera su salvación al margen de lo cotidiano y diario… parece que no lo conoce demasiado. Mira atrás, al curso que acaba. Acoge los momentos más entrañables y sencillos, los pequeños y ordinarios. Y deja que la gracia de tu Dios fluya, como agua fresca, por medio de ellos en este tiempo de verano.

Espíritu y carne. Es el tema preferido de Pablo a los romanos. Los griegos dividían. Lo mismo que hacen las modas de nuestro tiempo. Lo cristiano unifica. Con el Espíritu de Dios (su fuerza, su latido, su “principio vital”) se le da sentido a la experiencia humana más básica. Sentido y dignidad. La grandeza de nuestra humanidad no está en disfrutar compulsiva y agotadoramente, explotando lo corporal. Está en mirar con ojos nuevos, sanos, evangélicos, con el espíritu de las bienaventuranzas, desde la dignidad y con la meta de la construcción del reino.

Jesús lleno del Espíritu alaba a Dios por las cosas sencillas manifestadas a través de los sencillos. Porque así le ha parecido a Dios mejor… Porque existe en todo ello una sabiduría especial, una grandeza, un mundo paralelo casi desconocido. ¿Para cuántos las vacaciones significarán una huída a lugares, experiencias, sentimientos ficticios? El buen descanso está en saborear y gozar con lo pequeño del Reino que Dios abre a nuestros ojos y a nuestro corazón.
Domingo XIV Tiempo Ordinario (A)
Zacarías 9, 9-10
Salmo 144
Romanos 8, 9.11-13
Mateo 11, 25-30
Homilía de dominicos.org
Reflexión de J.A. Pagola y aquí

El Amor en la oscuridad


En el libro del Éxodo leemos:
"El Señor marchaba al frente, durante el día en una columna de nube, y por la noche en una columna de fuego para darles luz, para que pudieran viajar tanto de día como de noche."

Olvidamos la verdad de que en nuestro peregrinar sobre esta tierra -peregrinar del "Éxodo de la Nueva Alianza"-, la oscuridad es tan importante como la luz.

No se puede ver la estrella sino de noche. Su brillo no es visible a la plena luz del día.

Sobre el Calvario, cuando la oscuridad cubrió toda la extensión de la tierra, "uno de los soldados le atravesó el costado, y enseguida salió sangre y agua" (Jn.19,34)

El Corazón atravesado de Jesús sobre la Cruz: en esta oscuridad vemos surgir la irradiación del Amor de Dios con su mayor fuerza... hasta el extremo...

Yayoi Hayami rscj

miércoles, 29 de junio de 2011

Ordenaciones


(Pinchad en las fotos para verlas ampliadas)

Felicitamos a los nuevos ordenandos de nuestra Provincia Bética, fr. Francisco (murciano, destinado en Sevilla) y fr. Pepe (cordobés, que termina estudios en Roma) y pedimos una oración por ellos y por su ministerio. ¡Que sean sacerdotes felices y pastores buenos según el corazón de Cristo!


martes, 28 de junio de 2011

Hay un Corazón


Hay un corazón que late
que palpita en el sagrario,
un corazón solitario,
que se alimenta de amor.
Es un corazón paciente,
es un corazón amigo,
el que habita en el olvido,
el corazón de tu Dios...

Es un corazón que espera,
un corazón que perdona,
que te conoce y que toma
de tu vida lo peor.
Que comenzó esta tarea
una tarde en el calvario
y que ahora desde el sagrario
tan sólo quiere tu amor...

Decidle a todos que vengan
a la fuente de la vida,
que hay una historia escondida
dentro de ese corazón.
Decidles que hay esperanza,
que todo tiene un sentido,
que Jesucristo está vivo,
decidles que existe Dios...

Es el corazón que llora
en la casa de Betania,
el corazón que acompaña
a los dos de Emaús.
Es el corazón que al joven rico
amó con la mirada
y que a Pedro perdonara
después de la negación...

Es el corazón en lucha
del huerto de los olivos,
que amando a sus enemigos
hizo creer al ladrón.
Es el corazón que salva por su fe
a quien se le acerca,
que mostró su herida abierta
al apóstol que dudó...


domingo, 26 de junio de 2011

P. Carlos Romero Bermúdez, op (Consiliario de las Hermandades del Trabajo): "Hubo una época en la que se perseguía a los curas por lo que predicaban"



Lugar de nacimiento: Puertollano (Ciudad Real), en 1930.
Trayectoria en la Orden de Predicadores: llega a Córdoba en 1953.
Desde 1956 está al frente de las Hermandades del Trabajo,
de las que fue consiliario nacional.
Fue prior de la comunidad cordobesa de dominicos.

Es alto, corpulento y, en sus mejores años, cuando se paseaba por media España repartiendo prédicas entre los obreros que soñaban con tener algún día un Seiscientos, debió de imponer lo suyo al auditorio. Hoy Carlos Romero, 55 años después de haber puesto en marcha las Hermandades del Trabajo en Córdoba, ha perdido buena parte de esa fiereza tierna con que envolvía sus actos y sus palabras, pero sigue siendo el hombre claro y contundente que siempre fue.


La evolución de la sociedad, que ya no precisa de aquel invento nacido al calor de la Iglesia como instrumento de promoción laboral y justicia, ha hecho languidecer a aquellas Hermandades que en los años sesenta ofrecieron respaldo y hasta diversión a muchas familias modestas. Y con ellas, parece como si también se hubiera desinflado el ánimo del padre Carlos, quien después de haber superado un buen susto de salud se ha llevado el disgusto de ver sus once álbumes de fotos "hechos caldo negro" por culpa de una gotera. Por suerte, le queda la memoria. Y ganas de recordar los viejos tiempos.

--Se creía nacido para predicar por el mundo y lleva toda la vida metido en un despacho. Se ve que el hombre propone y Dios dispone...

--Bueno, pues sí. Para mí fue una tremenda frustración desde el punto de vista vocacional y dominicano que Fray Albino me indujera a tenerme que encargar de este movimiento que por otra parte ha sido mi vida, mi pena y mi gloria.

--¿Por qué se hizo dominico?

--Yo creo que fue una cosa providencial. Cuando empezaron a hacer mis hermanos mayores (yo soy el más chico de cinco) la Primera Comunión al cura se le ocurrió decir a las madres que les hicieran un hábito religioso, y a mi madre le tocó el dominico. Esto pasó antes de la guerra, y mi madre, que era una santa, a pesar de todas las tragedias que pasó (le desapareció el marido, la echaron del pueblo, tuvo que salir en un camión con los muebles y los cinco niños...) guardó toda la guerra los hábitos de mi hermano y mi hermana. Total, que al acabar la guerra yo también hice la comunión con ese hábito, y entre eso y que un hermano mío, ya muerto, ingresó en la orden aunque no llegó a cantar misa, yo lo seguí y aquí estoy todavía.

Entre Scala Coeli y San Agustín

Tan volcado ha vivido en las Hermandades que suelen olvidarse otras facetas de este dominico elocuente (como todos los frailes de su Orden) al que sin embargo, quizá por su continuo trato con la gente sencilla, le gusta adoptar un tono llano, muy alejado de la prédica rimbombante desde el púlpito. Así, siendo Carlos Romero prior de Santo Domingo de Scala Coeli (1972-78) se acometió la restauración del Santuario. También le ha tocado vivir de cerca, como inquilino del convento vecino, la lentísima restauración de la iglesia de San Agustín, abierta recientemente tras haber permanecido 30 años en ruinas. A sus 81 años sigue acudiendo todas las tardes a la sede de las Hermandades, en espera de un relevo que teme y desea por igual.

Diario Córdoba, domingo 26 de junio de 2011


Diálogos en la Vida: "¿Sacada de contexto?"

sábado, 25 de junio de 2011

Quiero ser...



Quiero ser, Padre, tus manos, tus ojos, tu corazón.
Mirar al otro como Tú le miras:
con una mirada rebosante de amor y de ternura.
Mirarme a mí, también, desde esa plenitud
con que Tú me amas, me llamas y me envías.
Lo quiero hacer desde la experiencia del don recibido
y con la gratuidad de la donación sencilla y cotidiana
al servicio de todos, en especial de los más pobres.

Envíame, Señor,
y dame constancia, apertura y cercanía.
Enséñame a caminar en los pies del que acompaño y me acompaña.
Ayúdame a multiplicar el pan y curar las heridas,
a no dejar de sonreír y de compartir la esperanza.
Quiero servir configurado contigo en tu diaconía.

Gracias por las huellas de ternura y compasión
que has dejado en mi vida.
En tu Palabra encuentro la Luz que me ilumina.
En la Oración, el Agua que me fecunda y purifica.
En la Eucaristía el Pan que fortalece mi entrega y me da Vida.
Y en mi debilidad, Señor, encuentro tu fortaleza cada día.
Amén


viernes, 24 de junio de 2011

Adoro te devote

"Adoro te devote" es uno de los cinco himnos que Santo Tomas de Aquino compuso en honor de Jesús en el Santísimo Sacramento a solicitud del Papa Urbano IV con motivo de haber establecido por primera vez la Fiesta del Corpus Christi en 1264.



Adoro te devote, latens Deitas,
Quae sub his figuris vere latitas:
Tibi se cor meum totum subiicit,
Quia te contemplans totum deficit.


Visus, tactus, gustus in te fallitur,
Sed auditu solo tuto creditur.
Credo quidquid dixit Dei Filius:
Nil hoc verbo Veritatis verius.


In cruce latebat sola Deitas,
At hic latet simul et humanitas;
Ambo tamen credens atque confitens,
Peto quod petivit latro paenitens.


Plagas, sicut Thomas, non intueor;
Deum tamen meum te confiteor.
Fac me tibi semper magis credere,
In te spem habere, te diligere.


O memoriale mortis Domini!
Panis vivus, vitam praestans homini!
Praesta meae menti de te vivere
Et te illi semper dulce sapere.

Eucaristía: hacer memoria de los pobres

Al contemplar a Jesús en el sacramento de la Eucaristía recordamos y actualizamos lo que él dijo e hizo en la Última Cena con sus discípulos: «Haced esto en memoria mía». Una memoria que encierra y actualiza toda su vida: sus palabras, sus gestos, su cercanía a los pobres, su entrega hasta  la cruz y su resurrección.

El Evangelio de Juan no incluye la narración de la institución de la Eucaristía y nos presenta en su lugar el lavatorio de los pies que finaliza con estas palabras de Jesús: «Os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis», un mandamiento que evoca el otro de «haced esto en memoria mía» y con el que  Jesús explica de modo inequívoco el sentido de la Eucaristía.

jueves, 23 de junio de 2011

Precio de la redención de mi alma

Sintiendo que las fuerzas le disminuían y presagiando próxima su partida de este mundo, el santo doctor pidió, con gran devoción, que le trajeran el viático de la peregrinación cristiana, el santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo. Después de que el abad cisterciense y los monjes se lo llevaran, postrado por tierra, débil de cuerpo pero fuerte de espíritu, fue con lágrimas, al encuentro de su Señor.

Luego en la presencia del sacramento del Cuerpo de Cristo, como es costumbre que se haga con todo cristiano en el momento de la muerte, se le preguntó si creía que en esa hostia consagrada estaba el verdadero Hijo de Dios, nacido del seno de la Virgen, colgado en el patíbulo de la cruz, muerto y resucitado por nosotros al tercer día, y él con voz libre y gran devoción unida a las lágrimas, respondió: “Creo verdaderamente y tengo por cierto que Él es el verdadero Dios y verdadero hombre, hijo de Dios Padre y de la Virgen Madre y creo con el corazón y profeso con los labios lo que el sacerdote me ha preguntado sobre este santísimo sacramento”.

miércoles, 22 de junio de 2011

Dios está aquí… (Corpus Christi, 26 de junio)

Si hay una fiesta popular en el calendario litúrgico, por lo menos en Andalucía, esa es la del “Día del Señor”, que así se llama popularmente al Corpus Christi. No nos cuesta venerar al Dios que se esconde en el Pan consagrado, sacramento cercano, presencia constante a nuestro lado. Hemos sido educados en reconocer y adorar al Dios trascendente habitando a nuestro lado. Y sin embargo, siempre necesitamos volver al símbolo, al sacramento, para que no se nos desfigure, para seguir llenándolo de contenido, para renovar y actualizar nuestra fe en él. “Dios está aquí”, decimos. Pero no cualquier dios, sino el de Jesucristo. Un Dios siempre mayor y más grande. Un Dios que nos sorprende siempre, que no se deja encerrar en nuestras ideas más piadosas y fervorosas.

Donde Dios está, está el hermano, y la exigencia de una relación más evangélica con él, con ella. Donde Dios está, está el misterio, y el compromiso por conocerlo más y servirlo mejor. Y donde Dios está, se esconde un camino de felicidad y salvación aún por descubrir.

Las lecturas de este domingo del Corpus nos recuerdan tres verbos eucarísticos y fraternos. “Recuerda” es el compromiso que Moisés pide a su pueblo. Recuerda que todo lo bueno que vives y vivieron tus padres, todo lo conquistado de felicidad y plenitud humana va de la mano con el conocimiento de tu Dios. Cuanto más recuerdes y agradezcas, cuanto más agraciado y agradecido te sientas, más entrarás en el misterio de tu Dios.

“Une”, pide Pablo a los de Corinto. Lo humano es dividir, distinguir, crear fronteras. En la Eucaristía hay una exigencia constante de unir, reconciliar, tender puentes. Una invitación a llamar hermano al que se sienta a mi lado y come mi pan. O me pide pan en la calle porque no lo tiene. No busques otro nombre para quien te rodea que el de “hermano”, y atrévete a compartir tu vida con él.

Y “come”. Eso pide Jesús. No podemos vivir sin nutrirnos sanamente. Aunque reconocemos que nos alimentamos de todo, menos de vida. Lo de Cristo alimenta, es sano, hacer crecer y abre a posibilidades de vida siempre nuevas… El Pan de la Eucaristía no se ha hecho para ser sólo adorado, sino para ser partido con el que no lo tiene, y para que sea alimento, viático en nuestro frágil camino por la vida. “Dios está aquí” y precisa ser reconocido, para convertirse luego en motor y baluarte de nuestra existencia.
Solemnidad del Corpus Christi (A)
Deuteronomio 8, 2-3. 14b-16a
Salmo 147
1 Corintios 10, 16-17
Juan 6, 51-58
Homilía de dominicos.org


Solidaridad

Toma una sonrisa,
regálala a quien nunca la ha tenido.
Toma un rayo de sol
y hazlo volar allí donde reina la noche.
Descubre una fuente
y haz bañar a quien vive en el fango.
Toma una lágrima,
ponla en el rostro de quien nunca ha llorado.
Toma el valor
y ponlo en el alma de quien no sabe luchar.
Descubre la vida
Y cuéntasela a quien no sabe entenderla.
Toma la esperanza, y vive en su luz.
Toma la bondad, y dásela a quien no sabe dar.
Descubre el amor, y hazlo conocer al mundo.
(Mahatma Gandhi)


martes, 21 de junio de 2011

Con corazón

El próximo domingo, 26 de junio, fiesta del Corpus Christi,
se celebra el "Día de la Caridad",
de especial recuerdo a Cáritas,
la mano solidaria de nuestra Iglesia.

El alimento de la Verdad nos impulsa a denunciar las situaciones indignas del hombre, en las que a causa de la injusticia y la explotación se muere por falta de comida, y nos da nueva fuerza y ánimo para trabajar sin descanso en la construcción de la civilización del amor.



Benedicto XVI, SC 90

sábado, 18 de junio de 2011

Dominicas, espacio de esperanza


El próximo domingo día 19, coincidiendo con la fiesta de la Santísima Trinidad, se celebra la Jornada Pro Orantibus, de especial oración por los monasterios de vida contemplativa, por los monjes y monjas que dedican su vida entera a gustar de la presencia de Dios y a adorarlo en unión con toda la Iglesia.

En el sur de España existen 22 monasterios de monjas dominicas,que forman parte de la gran Familia Dominicana. El vídeo de más arriba está realizado en el Monasterio de San José, de las dominicas de La Solana, Ciudad Real. Aquí se puede encontrar algo más sobre su vida cotidiana.

En este día oremos por las que siempre oran por nosotros. Ellas fueron las primeras en formar parte del plan de Santo Domingo.


En 1206 Santo Domingo reunió a algunas jóvenes mujeres que él había convertido y había rescatado de los cátaros en la comunidad de la iglesia de Santa María de Prouilhe, Francia. Esta primera fundación de hermanas contemplativas dominicas todavía atrae a mujeres para vivir como Jordán de Sajonia describe en el siglo trece: “estas servidoras de Dios siguen ofreciendo una adoración agradable a su Creador, en la santidad de su vida y en la pureza de su candor – una vida que es conducente a la salvación para ellas, un ejemplo para los otros, una alegría para los ángeles, y un goce para Dios.”

viernes, 17 de junio de 2011

Adorar el Misterio (Santísima Trinidad, 19 de junio)

Cuando llega la fiesta de la Santísima Trinidad volvemos a decir aquello que aprendimos de pequeños: “Dios es un Misterio”. Y así le pegamos carpetazo a lo que no comprendemos, porque nos desborda, o porque no hacemos el esfuerzo de profundizar. Dios es un Misterio, es cierto. Pero no como nosotros creemos: no es Dios alguien que goza con alejarse y permanecer desconocido eternamente; alguien que asusta, condena o castiga. Los misterios en las sociedades, han sido inventos de los poderosos para manipular a los pequeños.

La vida humana está llena de misterios. De esos que nos asombran, nos embelesan, nos desbordan por su grandeza. Y también porque nos hacen más humanos, porque nos asoman a la belleza y la grandeza de nuestra vida. Dios es misterioso de esa manera: por grande, por cercano, por maravilloso. A Dios no sólo se le intenta comprender racionalmente, ni estudiar científicamente. A Dios se le contempla, se le adora. Ante Dios, uno se rinde. Porque  adorar, contemplar, rendirse son acciones profundamente humanas que abren a lo divino en nosotros. Porque Dios es siempre más para mejor. Una experiencia de vida que sólo puede ser vivida con la totalidad de la vida...

Y Dios es relación. Porque le gusta comunicarse con las criaturas. Y porque en su entraña, en su identidad, la comunicación lo hace comunión de personas. Un murmullo de diálogo profundo que se expande en lo creado y todo lo completa y hace formar parte en su misterio. En cada criatura existen huellas de nuestro Dios, capacidad de comunicación y relación.

Y si Dios es diálogo de amor en toda la humanidad, lo nuestro ante Dios –aparte de adorarlo, intuirlo en todo y buscar cauces infinitos y nuevos para el encuentro- será tender puentes, crear lazos, abrir caminos. “Tanto amó Dios al mundo”… que no pudo pasar sin poner en él su tienda, en hacerse de los nuestros. ¡Amar la humanidad por encima de sus grietas! Percibir todo lo que de Misterio existe en ella y reconocer que está atravesada por el amor de Dios.
Solemnidad de la Santísima Trinidad (A)
Éxodo 34, 4b-6. 8-9
Salmo: Daniel 3, 52. 53. 54. 55. 56
2 Corintios 13, 11-13
Juan 3, 16-18
Homilía de dominicos.org
Reflexión de J.A.Pagola, y aquí
Reflexión de Ser fraile