jueves, 15 de diciembre de 2016

La mesa de la Palabra:De nombres



                                               Santo Domingo de Scala-Coeli + Dominicos

 



De nombres: 
 
Hablar de nombres, se dice, es quedarse en la epidermis de las cosas, porque no pasa de ser mero artificio para identificar y ordenar personas y cosas. Hoy, asignar nombres a personas, obedece a diversas razones: mantener el epónimo o nombre usual en la familia, seguir el uso nominal del momento del nacimiento, resaltar alguna deuda con algún santo o santa, detentar el del patrón o patrona de la localidad, en fin, varios palos que se tocan en esta melodía, y todos con sobrada razón para quien los pone y los lleva.

Pero no siempre fue así; en el pasado, y en no pocas comarcas castellanas, el nombre venía impuesto por el del día natal de la nueva criatura, uso que ahuyentaba dudas y desaciertos. En la Biblia, a su vez, el nombre señala a lo que es la persona, su identidad y lo que se espera de ella, o mejor dicho, su misión y cometido vital.

El tiempo de Adviento, cuyo remate alcanzamos de inmediato, tiene su dramatis personae particular, cuyo significado apunta a la diana navideña, tan cercana. El nombre de Isaías, profeta inevitable en este recorrido, nos dice que Yahvé es salvación; Ana y Zacarías, los padres de Juan el Bautista, cantan en sus nombres que Dios es compasivo, en el de ella, y que Yahvé se acordó de nuevo, en el de él. El hijo esperado de ambos, Juan, con su nombre nos habla de que Dios es misericordioso. Y como es de esperar, los personajes principales no desentonan de los del reparto; cierran el elenco José el justo y María, la señora, que dan la mejor cobertura a su hijo Jesús, que significa Dios salva, el vaticinado Emmanuel del Viejo Testamento, el Dios con nosotros. Aún así, ¿habrá quién no sepa qué celebramos los cristianos en nuestra bendita Navidad?

Fr. Jesús Duque OP.