domingo, 24 de abril de 2016

Jornada Espiritual: El Resucitado y el Don de la Paz




Continuando con las actividades programadas para este curso 2015-16, tuvo lugar ayer sábado una nueva Jornada Espiritual, en Santo Domingo de Scala Coeli.



En esta ocasión, el P. José Antonio Segovia, O.P. dirigió esta Jornada que tituló “El Resucitado y el don de la Paz”.



Además de la intervención del P. Segovia, a modo de introducción y para situar concretamente el tema de la Jornada, la treintena de asistentes a dicha Jornada Espiritual tuvieron momentos de oración interior e individual, de oración comunitaria y de diálogo entre todos, finalizando con una Eucaristía.




Como resumen de la misma, a continuación, dejamos unas notas que pueden servir para tener una aproximación a lo vivido este sábado en Scala Coeli.



Objetivo general de la Jornada: Vivirla como una experiencia pascual. Un encuentro con Jesucrísto Resucitado por medio de la oración.



Texto base: Juan 20, 19-27.

Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!».  Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor.  Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes». Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan».

Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Los otros discípulos le dijeron: ¡Hemos visto al Señor!». El les respondió: «Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré».

Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». Luego dijo a Tomás: «Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe».

Cuestión planteada: La misericordia, ¿qué grado de paz me da?



Objetivo concreto: Conseguir o aumentar la paz.



Vehículo para ello:

·         Oración de paz, de San Francisco.



Notas:



+ La paz es un mensaje de pascua.

+ La paz es un regalo.

+ Cristo es nuestra paz.

+ La paz es fruto de la justicia, del trabajo humano; y del Espíritu, de la obra de Dios.

+ La paz es un valor sobre el que los hombres de hoy están especialmente sensibilizados.

+ La paz no solo nos afecta interiormente (bienestar íntimo y personal), sino también es un anhelo, una necesidad de la sociedad, de la Humanidad.

+ La paz es un valor humano, psicológico, social y evangélico.

+ La paz nos hace pacíficos para pacificar, para ser mensajeros e instrumento de la paz.

+ La paz se hace, la hacemos, con el perdón, la reconciliación, la misericordia y colaborando en la obra de Dios.

+ La paz de Jesús es una paz divina, mesiánica, prometida desde siempre y capaz de cambiar.

+ La paz auténtica empieza por el corazón, por uno mismo.

+ La vida espiritual es armarse con la paz.

+ La paz interior es el río que invade todos los ámbitos de la vida.



Cuestiones para el trabajo interior:



-¿Es mi corazón un lugar de paz?

- Las relaciones difíciles son una ocasión para vivir la paz evangélica. ¿Cómo suelo reaccionar ante los hechos difíciles de los demás?

- ¿Cuáles son los puntos concretos de conflicto que más se repiten en mis relaciones?

- ¿Dónde se hace hoy más necesaria mi acción pacificadora, dentro de mí o en mis relaciones?