miércoles, 9 de diciembre de 2015

Comienzo del Jubileo de la Misericordia



"Un Jubileo de la Misericordia en el Jubileo de la Orden"

Este día 8 de diciembre se inaugura el Jubileo Extraordinario de la misericordia. Así lo ha querido el papa Francisco. Se trata de una decisión personal que hay que leer en el horizonte de su preocupación por centrar a la Iglesia en lo esencial, en lo nuclear. Priorizar siempre es signo de lucidez, ayuda a entender mejor las cosas y situarse ante ellas. Durante este año jubilar somos invitados por Francisco a centrar nuestra mirada en el misterio de la misericordia para lograr una conversión efectiva a ella; es decir, una conversión al corazón del Evangelio. Creemos que esta invitación sintoniza con naturalidad con la vocación dominicana. En consecuencia, este Jubileo de la misericordia, que coincide con el de los 800 años de la Orden, se ha de llevar bien con él; se complementan perfectamente. No puede ser de otro modo. (…)
El Papa Francisco enseña en la bula de la convocatoria del Jubileo que la misericordia es un atributo del Dios de la Revelación judeo-cristiana que, por tanto, expresa muy bien su naturaleza. Dios es misericordia y Jesús, claro, es su rostro visible. Siendo esto así, como nos recuerda, es posible hacer una síntesis de la fe a partir de la misericordia: ella dice a Dios y ella dice también al ser humano. Si Dios es creador del hombre hay en este una participación en la condición misericordiosa, que no puede caer en el olvido bajo pena de ladear algo sustancial de su ser. (…)

Otra propuesta papal que se puede unir a la anterior con facilidad es la de predicación de la gracia. El Papa la hace evocando la presencia de Jesús en la sinagoga de Nazaret, cuando hizo suyo el texto de Isaías que había proclamado ante sus conciudadanos. Si destacamos esta propuesta jubilar es por su cercanía al carisma de Domingo de Guzmán, predicador de la gracia. La tradición dominicana, pues, entronca de lleno con el sentir de esta indicación. Se trata, una vez más, de anunciar lo esencial, lo que no puede faltar. En este sentido, la predicación de la gracia misericordiosa (Domingo predicó siempre movido por la compasión) acerca con mayor nitides el rostro de Dios y la fuerza de su acción salvadora. Además, es el indicativo que hace posible la respuesta creyente y la conversión. Lo primero siempre es Dios y desde Dios se ha de entender lo demás, incluido el pecado. (…)

Concluimos. Comenzamos el Jubileo de la Misericordia. La familia dominicana lo hace en el seno de su Jubileo fundacional. Si la misericordia está en el fundamento de la experiencia de fe cristiana, no será para nada difícil a la familia de Domingo de Guzmán unirse a él y, de paso, actualizar sus propias raíces. Raíces de una predicación compasiva. Raíces misericordiosas que ya tienen 800 años.


 [Puede leerse el trabajo completo en http://ser.dominicos.org/identidad-de-predicadores/un-jubileo-de-la-misericordia-en-el-jubileo-de-la-orden]