domingo, 7 de octubre de 2012

Primer Misterio Gozoso. La Encarnación del Señor




El altar de la Virgen se ilumina
y ante él, de hinojos, la devota gente
su plegaria deshoja lentamente
en la inefable calma vespertina.

Rítmica, mansa, la oración camina
con la dulce cadencia persistente
con que deshace el surtidor la fuente,
con que la brisa la hojarasca inclina.


Tú que esta amable devoción supones
monótona y cansada y no la rezas
porque siempre repite iguales sones,


tú no entiendes de amores y tristezas:
¿qué pobre se cansó de pedir limosna,
qué enamorado, de decir ternezas?



Año de la fe - Domingo XXVII del Tiempo Ordinario

viernes, 5 de octubre de 2012

Tu santo y veraz mandamiento


Sumo y glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi corazón
y dame fe recta, esperanza cierta
y caridad perfecta,
sentido y conocimiento, Señor,
para que cumpla tu santo y veraz mandamiento.

(Oración del hermano Francisco 
al Cristo de San Damián)


jueves, 4 de octubre de 2012

Francisco y Domingo


El P. Posadas, en su vida de Santo Domingo, sitúa el primer encuentro de Francisco y Domingo a finales del año 1216, poco antes de la aprobación de nuestra Orden, en Roma, buscando los dos al Papa. Posadas pone en labios de Santo Domingo las siguientes palabras:

Encadenados aquellos dos espíritus,
y los brazos unidos los unos con los otros,
dijo mi Padre bendito [Domingo]
a su glorioso y santo Compañero [Francisco]:

 

Instrumento de tu paz

El Señor te bendiga



El Señor te bendiga y te guarde;
te muestre su rostro y tenga misericordia de ti.
Vuelva a ti su mirada y te conceda la paz.

(Bendición del Hermano Francisco)

miércoles, 3 de octubre de 2012

Cántico



Orden interior



Señor Jesús:
muéstrame lo que en mí es desorden, confusión,
purifica mi corazón
ordena mis deseos,
rectifica mis intenciones,
para que yo te elija a tí sobre todo,
Bien supremo;
para que vea todos los otros bienes
que me son necesarios a mí y a los demás,
por los que se necesita trabajar.

martes, 2 de octubre de 2012

En mí


Misericordia



Señor, llénanos de la misericordia
con la que miraste a la multitud,
la comprendiste y la amaste.


Tus palabras no eran nunca de reproche
para aquellas gentes
que estaban como ovejas sin pastor, dispersas;
eran palabras de amor, de salvación,
y las pronunciabas para reunir a la gente,
para recogerla.

lunes, 1 de octubre de 2012

Muéstranos tu rostro



Señor, Dios Misericordioso,
te conocemos tan poco…
A veces incluso, tenemos la impresión
de conocerte todavía menos.


Nos parece que luchamos contigo,
como Jacob luchó contra el ángel;
nos parece que luchamos
con la imagen que tenemos de ti.
No podemos comprenderte,
no aceptamos a entenderte.


Señor, desvela tu rostro.
Muéstranos el Rostro 
de tu Hijo crucificado.

Haz que en este rostro
podamos comprender algo
de los sufrimientos
que se abaten 
sobre gran parte de la humanidad.